Comprar para remodelar: una estrategia inteligente en tiempos de precios altos

El alto costo de la vivienda nueva en Bogotá ha llevado a muchos a replantearse la forma en que acceden a un apartamento propio. En lugar de lanzarse de lleno a adquirir un inmueble recién construido, hay quienes están optando por una vía más inteligente (y más económica): comprar un apartamento antiguo y remodelarlo a fondo.

Aunque pueda parecer una apuesta arriesgada, esta estrategia se ha convertido en una alternativa viable y atractiva, especialmente para quienes tienen un presupuesto limitado, pero no quieren sacrificar área, ubicación ni calidad de vida.

¿Por qué es más barato?

La diferencia de precio es abismal. En muchos sectores de la ciudad, un apartamento antiguo puede costar hasta una cuarta parte del valor del metro cuadrado de un proyecto nuevo ubicado a pocos metros. Esto se debe a varios factores: los edificios antiguos no ofrecen las amenidades modernas que hoy se venden como estándar (gimnasios, zonas comunes, salones sociales, rooftops), y muchas veces no han sido remodelados en décadas.

Pero esta desventaja aparente es, en realidad, una gran oportunidad. Al pagar menos por el inmueble, los compradores pueden destinar recursos a una remodelación profunda, transformando completamente el espacio interior y adaptándolo a su estilo de vida.

Más metros, mejor distribución

Una de las principales ventajas de esta estrategia es que permite adquirir más metros cuadrados por el mismo dinero. En lugar de conformarse con un apartamento de 60 m² en un edificio nuevo, es posible comprar uno de 120 m² en un edificio de 50 o 60 años, y con eso incluso sobra presupuesto para intervenirlo a fondo.

Además, estos apartamentos suelen tener distribuciones internas más generosas: techos altos, pasillos amplios, habitaciones independientes y espacios que se prestan para ser transformados. Con una buena asesoría arquitectónica, es posible tumbar algunos muros, unificar ambientes y crear un apartamento moderno con el encanto de lo antiguo.

Remodelar con inteligencia

Una remodelación profunda debe contemplar varios aspectos técnicos clave:

  • Instalaciones eléctricas: suelen estar obsoletas. Lo más común es hacerlas de cero, incluyendo cableado moderno, puntos de internet, iluminación LED y mejoras en citofonía.
  • Tuberías hidrosanitarias: si son de materiales antiguos como galvanizado, es necesario reemplazarlas. En algunos casos, incluso hay que rediseñar la red de agua y desagüe.
  • Baños y cocina: son las zonas más transformadas. Renovarlos eleva el valor del inmueble de forma significativa.
  • Iluminación y acabados: aquí es donde se puede modernizar el ambiente y generar sensaciones de amplitud, confort y diseño.

Aunque implica una inversión adicional, el costo total de compra más remodelación sigue siendo muy inferior al de adquirir un apartamento nuevo. En muchos casos, el costo final representa solo un tercio de lo que se pagaría por un inmueble de iguales características en un proyecto recién construido.

¿Y la reventa?

Otra ventaja significativa es la posibilidad de revalorizar el inmueble. Si la remodelación se hace bien, el apartamento no solo mejora en calidad de vida, sino que también aumenta considerablemente su precio de mercado. Esto lo convierte en una inversión atractiva tanto para habitar como para revender a mediano plazo.

Algunos proyectos exitosos han demostrado que, con una buena elección de edificio, diseño acertado y ejecución cuidadosa, se puede multiplicar el valor de un inmueble en pocos años.

¿Para quién es esta opción?

Este modelo es especialmente atractivo para jóvenes profesionales, parejas recién casadas o familias pequeñas que quieren vivir bien, en zonas céntricas y con buenos accesos, pero que no están dispuestos a pagar los precios inflados de los proyectos nuevos.

También es ideal para inversionistas pequeños, que pueden adquirir una o dos unidades, remodelarlas y alquilarlas a buen precio, con un diferencial claro frente a la competencia del mercado.